lunes, 23 de abril de 2012

Para saber contar


PARA SABER CONTAR

En esta ciudad de peces
hay trecientos mil escalones,
que son escalones locos
que llevan del plan a la cima
que suben y bajan sin moverse del sitio;
para salir a la superficie,
si es que alguna vez me asomo hacia arriba,
me pondré el chaleco de escamas,
en medio de un alboroto de olas y espumas
dejaré en el fondo del abismo
mi cola de pez y mis aletas,
vestido de marinero salvaje,
con una cicatriz en la cara,
como un muerto, muerto ya hace siglos,
golpearé a la puerta de tu casa,
he de saber por fin con quién vives,
cuántos hijos tienes;
subiré y subiré trecientos mil escalones
volveré a mi casa, me dormiré en mi cama
de algas y pescados secos,
dejaré afuera todo lo prohibido
de un amor que quiso ser y no pudo;
dejaré que pasen, que entren otra vez a mi cabeza
el agua salada y todos los peces que viven conmigo:
las algas azules que ablandan el vientre,
para estos años que no estoy contigo,

el tabaco y el ají que no fumo,
con alcoholes demasiado fuertes,
quemen en este día
las tripas de estos versos.

Eduardo Embry


Imagen: Del bestiario medieval, Oxford

1 comentario:

ana dijo...

desde el fondo del mar a los cerros del puerto ¿no? con tu chaleco de escamas y todo lo demás
gracias por ser, por escribir